lunes, 19 de febrero de 2007

La indiferencia, la peor manera de huir.

roma
Neorrealismo Italiano.- Reseña.

Para mí es correcto pensar que el cine ha sabido estar a la altura de su época, aunque fuese gracias a grupos reducidos, y que siempre ha sabido adaptarse a los continuos tambaleos propios de la historia que le tocó vivir.

Desde que el cine surgió, sus creadores fueron haciendo de él un medio más para revelar todo lo que los acontecimientos históricos fueron influyendo en cada uno, convirtiéndolo pues en expresión por sí mismo.

Unas veces, fue la falta de libertad y su consiguiente necesidad de hacer públicos aquellos sentimientos que, si bien eran temas comunes en cada persona, se mantenían escondidos en lo que llamamos subconsciente y que al mismo tiempo suponían el pilar fundamental del hombre, un lugar, el subconsciente, que los surrealistas y expresionistas trataron de recrear. Otras, iniciada por estos últimos, aprovecharon los avances acaecidos en el campo cinematográfico para dar rienda suelta a la relación ineludible entre la psicología del ser y su recreación en los sueños, demostrando que también podríamos indagar en nosotros mismos con los ojos abiertos. Sin embargo, todo pareció cambiar. La historia se paró e intentó arrasarlo todo a su paso. Un velo de color negro pareció envolver la poca libertad de expresión que se podía servir en ciertos momentos anteriores a la mitad del siglo XX, anulando cuanto menos a una gran mayoría que habitaba este mundo. La reacción acabó convirtiéndose en hipocresía en vez de enfrentarse a lo real, prefiriendo vivir en un continuo engaño.

Ante todo este nuevo panorama fueron un grupo de jóvenes cineastas italianos los que sintieron la necesidad de plasmar los efectos de una guerra que acabó dejando a Europa sumida en la ruina y a los europeos, anulados. Unas consecuencias que a juzgar por la reacción de la sociedad de la época, parecían no tener lugar. Con ellos, el cine se convirtió en un arma crítica que alarmaba sobre la falta de información en cuanto al estilo de vida que llevaban aquellos que sobrevivieron en las zonas más humildes a cambio del desconsuelo por la poca salida que su futuro les prometía, sintiendo la falta de esperanza con la que creció la generación germinada a raíz de toda esta catástrofe.

A partir de entonces, el grupo que pasó a denominarse como Neorrealismo Italiano, puso la técnica al servicio de un mejor reflejo de esta realidad. Ahora las cámaras se situaban con la firme intención de ofrecer un mayor realismo dentro de la historia que se contara. Se sacó a la calle a todo un equipo que redujo los recursos técnicos a los meramente necesarios, recurriendo a actores no profesionales que ponían la guinda a un movimiento cuyo fundamento, según manifestaría Cesare Zavattini (uno de los fundadores del movimiento y contador de historias), se construyó bajo el ideal de “filmar lo cotidiano yendo detrás de personajes escogidos entre la gente común. La cámara se pone al servicio de lo real y lo capta, convirtiendo los hechos normales del día a día en una historia”. Se consigue de esta forma una técnica propia que, además de tomar al documental como género a seguir, repercutió en toda una serie de corrientes posteriores que tomaron para sí su sentido de la crítica social, su perfecta fusión entre realidad y ficción. En definitiva, aquellas características que directores como Rossellini, De Sica o Visconti supieron adaptar a la pantalla, originando pues la necesidad de directores que en la actualidad (cabe citar a directores como Ken Loach o Stephen Fears entre otros) prosiguen con el legado de este grupo que lo único que intentó fue denunciar los crudos momentos de esta historia al tiempo que mantuvieron presentes las masacres, al contrario de otras muchas que sin más quedaron en el olvido. Sin apenas ser concientes, crearon con su cine una memoria histórica que nunca viene mal recordar para no olvidar lo pasado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No hay nada mejor que acostarse cada noche leyendo como última lectura tus escritos. Me encanta leerlos justo antes de dormir, me ayudan a pensar que aun hay gente que me puede hacer soñar.