Fotograma de The Turin Horse, Bela Tarr.
Luché sobremanera por salvar ese honor,
pero el honor no existía y todo fracasó.
Sólo vi el desierto y su inmensidad,
y su falta de agua me hizo llorar.
Pensé que moría en su profundidad,
pero llegué a un oasis en el que respirar.
Lo que consideraba como princesa real,
me volvió la cara y vi a una bruja brutal.
Así yo perdí las ganas de encontrar,
a la princesa mutada en bruja fatal.
Mordí su manzana y podrida la hallé,
dando por perdida toda su fe.
Los días pasaban y yo demostré,
que el castillo era arena, y la bruja, muy cruel.
Mi alma crecía y no pudo evitar,
gritar desde lejos toda su maldad.
Salí del castillo y el tiempo me dio,
lo que nunca quisiste hacer real.
Salí de aquel barro y volví a encontrar,
mis inmensas ganas de volver a soñar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario