jueves, 29 de marzo de 2007

Encantamento. Mafalda Arnauth (2003)

mafalda

Por un segundo cerramos los ojos y ponemos el resto de nuestros sentidos al servicio de una suave melodía que sin darnos apenas tiempo a reaccionar, nos atrapa a través de la refrescante ternura que denota una de las mejores voces portuguesas del momento, Mafalda Arnauth, una joven portuguesa nacida en el centro de Lisboa un 4 de octubre de 1974, un año de no muy buena producción para el género musical por excelencia de los portugueses, los fados.

Pasados esos momentos, volvemos de nuevo al mundo que nos ha tocado vivir con una extraña sensación agridulce provocada por la suave mezcla, casi imperceptible, entre optimismo y tristeza, alegrías y lamentos, sentimientos enlazados por un pasado que también tuvo sus altibajos, un tiempo al que Mafalda decide cantar. Fue con este estilo con el que la cantante portuguesa se introdujo en el mundo del fado, encantando a un público que comenzaba a perder el interés por este estilo musical, una seducción que también acabó por convencer a críticos y puristas del mismo, que miraban con lupa los movimientos de la que comenzó su carrera como cantante con tan solo 24, sorprendiendo desde entonces por la espontaneidad que llega incluso a definirla, aunque parezca contradictorio definir algo espontáneo.

Encantamento, se corresponde al tercer álbum editado por Arnauth, un disco muy esperado tras el éxito conseguido por la misma con el publicado dos años antes, Esta voz que me atravessa, con el que consigue darse a conocer fuera de las fronteras de su país. Comienza así la carrera internacional de la nueva voz del fado de Lisboa. Con Encantamento, consigue reafirmar las alabanzas lanzadas por muchos a raíz de sus trabajos anteriores que ya vislumbraban un futuro prometedor para la misma que en 2005 lanzaba al mercado Diario, un disco más positivo y armonioso que suaviza la tristeza que caracteriza al propio fado, consiguiendo así el renacimiento de un estilo casi olvidado que logra transmitir todo lo que contiene. Solo por esta dificultad, Mafalda Arnauth está siendo convertida por los que adoramos esta música, en la nueva voz que a través de sus susurros consigue traspasar las barreras de unos oyentes que empezaban a rechazar todo quebranto que expresasen los fados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encantan los fados, buscaré cosas de esta artista y te diré que me parece; por tu descripción tiene muy buena pinta.

Mucho ánimo y sigue así.