martes, 5 de noviembre de 2013

Aquel niño.



A aquel niño de grandes ojos marrones, de pestañas alargadas en el que a veces me siento y veo reflejada.

A aquel niño que con su dulzura pudo hacerme sentir la fortuna entre mis brazos. Un peso pluma con el que sentirme rica, henchida, llena de ternura y orgullo.

A aquel niño, que hace un par de días ya cumplió los 14, a aquel niño, al que sigo mirando con admiración por todo lo que me ha ido enseñando.


A aquel niño, que ya casi es un hombre, pero que sigue siendo, mi niño.

miércoles, 3 de julio de 2013

Debilidades


¡Qué difícil es andar en el desconcierto! Cuando el desconcierto es el mismo barro que paraliza tus pasos. Un barro áspero, de tierra basta cargada con piedras lozanas que dañan en cada intento.

Elevar un pie para comenzar tu camino nunca fue tan complejo. 

Un crujido de dolor mudo, sin aliento de esperanza. Un crujir de un alma atascado en una mediocridad inmensa, pasan facturan a un pensar activo, que se resquebraja como un golpe lo hace sobre el cristal, como un llanto sobre un alma, como un ser sobre otro. 


Y a estas alturas, ya ni la música calma, ni el silencio sana. 

viernes, 14 de junio de 2013

Rocío Troya Fotografías.






Vivo en un mundo en el que el que más tiene es el que menos da. Vivo en un país en el que mientras más mala persona seas, más premiarán tu actitud. Vivo en una sociedad que carece de toda ética y moral, donde a los que trabajan, se les explotan y otros muchos que quieren trabajar, no pueden; donde los que se rascan los huevos cada día, son los únicos que no tienen problemas para llegar a fin de mes.

Cuando era pequeña, me enseñaron que había que trabajar, que luchar por lo que uno quiere, por lo que a uno le ilusiona. Me enseñaron que si colaboras y haces lo que esté en tu mano, podrás ser feliz.

Hoy, gracias a todos aquellos que se alzan como salvadores de una situación que ellos mismos han creado, a aquellos que han robado para que otros hoy, estén viviendo en la calle con sus hijos, descubro que todo era mentira. Que la vida en comunidad no es más que puro egoísmo… Que las palabras de Hobbes, al que un día tomé como extremista, hoy, es el único pensamiento que he reafirmado. 

Por eso, ¿por qué no aprender de los maestros del engaño, la mentira, el egoísmo y la injusticia? Seguro que si todos nos lo proponemos, llegaremos a buen puerto. O puede, que salgamos todos ardiendo, pero al menos, habremos ardido todos por igual. Porque al final todos acabamos siendo polvo.

martes, 21 de mayo de 2013

Sin título...



Prefiero un día azul, porque en su color se pierden mis pensamientos.  Prefiero que no haya nubes porque con ellas llegan los lamentos.  Prefiero que llegue la noche, porque en mis sueños todo es perfecto.

Luces sombrías que anulan mi ser, en un descuido sin contemplaciones hacia la que escribe, en un desencanto de noches enlazas a días que desesperan.

Vientos que traen recuerdos que duelen por su ternura, recuerdos que más que recuerdos parecen momentos no vividos.

Porque solo con la noche llega el fundir de un pensamiento, que me aísla en la miseria de contarte que hoy,  quiero perderme por siempre en el tiempo.

jueves, 7 de febrero de 2013

Again...



Cuando el sol nace, tu cuerpo amanece cansado. La misma rutina, el mismo runrún que anoche no te dejaba dormir, vuelve a ser inmediato.

Mientras, sacas tu cuerpo del calor de la mantas, pones los pies sobre el suelo y una voz te repite: "de nuevo el mismo proceso". Entonces vas al baño, te lavas la cara y corres a por un café caliente, que sea capaz de, al menos, espabilar esa parte del cuerpo que se niega a seguir un día más, así, como si nada.

Entonces te sientas en tu sillón, aquel en el que el frío hace de las suyas y tus pies se paralizan. Te pones frente al televisor apagado, donde puedes ver tu reflejo, los años no pasan en balde para nadie, para ti tampoco. Tus ojeras te preguntan porqué estas mismas acciones las repites mañana tras mañana y como no tienes respuesta, pulsas el botón que activa la pantalla y comienzas a escuchar barbaridades que te recuerdan que todo va a peor…

Con desencanto y resignación, vuelves a dejar el sillón, es hora de salir al exterior, es lo que "debes hacer". Y allí, queda la silueta de tu cuerpo, en aquel sillón en el que dejas tu alma, porque ella, ya no está dispuesta a seguirte en esta sinrazón.