martes, 5 de noviembre de 2013

Aquel niño.



A aquel niño de grandes ojos marrones, de pestañas alargadas en el que a veces me siento y veo reflejada.

A aquel niño que con su dulzura pudo hacerme sentir la fortuna entre mis brazos. Un peso pluma con el que sentirme rica, henchida, llena de ternura y orgullo.

A aquel niño, que hace un par de días ya cumplió los 14, a aquel niño, al que sigo mirando con admiración por todo lo que me ha ido enseñando.


A aquel niño, que ya casi es un hombre, pero que sigue siendo, mi niño.

miércoles, 3 de julio de 2013

Debilidades


¡Qué difícil es andar en el desconcierto! Cuando el desconcierto es el mismo barro que paraliza tus pasos. Un barro áspero, de tierra basta cargada con piedras lozanas que dañan en cada intento.

Elevar un pie para comenzar tu camino nunca fue tan complejo. 

Un crujido de dolor mudo, sin aliento de esperanza. Un crujir de un alma atascado en una mediocridad inmensa, pasan facturan a un pensar activo, que se resquebraja como un golpe lo hace sobre el cristal, como un llanto sobre un alma, como un ser sobre otro. 


Y a estas alturas, ya ni la música calma, ni el silencio sana.